Existe una confusión común sobre el FPS (Factor de Protección Solar): muchas personas creen que indica un tiempo exacto de protección al sol, pero en realidad funciona como un multiplicador del tiempo natural que tarda la piel en enrojecerse sin protección.
El FPS es un multiplicador, no un reloj
Por ejemplo, si una piel comienza a enrojecerse después de 10 minutos sin protección:
- FPS 15: 10 minutos × 15 = 150 minutos de protección teórica
- FPS 30: 10 minutos × 30 = 300 minutos
- FPS 50: 10 minutos × 50 = 500 minutos
Este cálculo es teórico, ya que en condiciones reales el protector solar empieza a perder eficacia desde el momento en que se aplica.
¿Qué reduce su eficacia?
Factores comunes como:
- El sudor
- El agua, incluso si es “resistente al agua”
- El roce con la ropa
- La contaminación, el calor y el contacto físico constante (como tocarse la cara o el cuerpo)
Todo esto contribuye a reducir considerablemente la duración real de la protección.
Recomendación clave: reaplicar cada 2 horas
Durante una exposición solar prolongada (en la playa, haciendo deporte, caminando al aire libre…), lo ideal es reaplicar el protector solar cada 2 horas, sin importar el FPS. Esta es la mejor forma de mantener la piel realmente protegida.
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