Después del verano, la piel del rostro suele haber estado expuesta a factores que pueden afectar su salud y apariencia, como la radiación solar intensa, el cloro de las piscinas, la sal del mar y los cambios de temperatura. Todos estos elementos pueden causar daños visibles y no visibles en la piel, lo que hace que la inclusión de la vitamina C en la rutina de cuidado facial sea particularmente importante en esta época del año. A continuación, Jenifer Alonso, fundadora de Infinittime, nos explica el por qué:

Protección contra el daño solar

Aunque hayamos usado protector solar, la exposición prolongada al sol puede provocar daños en la piel, como la aparición de manchas oscuras, hiperpigmentación y la aceleración del envejecimiento. La vitamina C es un potente antioxidante que ayuda a neutralizar los radicales libres generados por la radiación UV, previniendo así el daño celular y promoviendo una piel más saludable.

Estimulación de la producción de colágeno

El sol también contribuye a la degradación del colágeno, la proteína que mantiene la piel firme y elástica. La vitamina C es fundamental para la síntesis de colágeno, ayudando a reparar los daños ocasionados por el sol y restaurando la firmeza y elasticidad de la piel. Esto es especialmente importante después del verano, cuando la piel puede empezar a mostrar signos de envejecimiento prematuro.

Unificación del tono de piel

La exposición al sol puede causar una producción desigual de melanina, resultando en manchas y un tono de piel desigual. La vitamina C actúa inhibiendo la enzima tirosinasa, que es clave en la producción de melanina. Esto ayuda a aclarar las manchas existentes y a prevenir la aparición de nuevas, logrando un tono de piel más uniforme y luminoso.

Hidratación y reparación

Después del verano, la piel puede sentirse más seca y deshidratada debido al sol, el cloro y la sal del mar. La vitamina C también ayuda a mejorar la barrera cutánea, facilitando la retención de agua y mejorando la hidratación de la piel. Además, promueve la reparación de la piel dañada, acelerando el proceso de regeneración celular.

Prevención del envejecimiento prematuro

El estrés oxidativo causado por los radicales libres durante el verano puede acelerar el proceso de envejecimiento de la piel. La vitamina C, al ser un antioxidante eficaz, ayuda a combatir este daño, reduciendo la aparición de arrugas y líneas finas, y manteniendo la piel con un aspecto joven y saludable.

Conclusión

Incorporar la vitamina C en tu rutina de cuidado facial después del verano puede ser muy beneficioso para reparar, proteger y revitalizar la piel. Sin embargo, antes de comenzar a usarla, es crucial realizar un diagnóstico previo para evaluar el estado de tu piel y determinar si este componente es el más adecuado para sus necesidades actuales. Cada piel es diferente, y lo que funciona para una persona puede no ser lo mejor para otra. Asegúrate de consultar con un profesional para obtener un producto que realmente beneficie tu tipo de piel y úsalo de manera constante para lograr los mejores resultados.

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